En semanas pasadas la editorial ROSA MARÍA PORRÚA presentó un interesante documento titulado “Un Abordaje Multidisciplinario al Estudio del VIH”. Reúne en ese esfuerzo, los conocimientos de María Luisa García Gomar, Agustín Jaime Negrete Cortés y Pedro Antonio Fernández Ruíz.
Para el prólogo de este libro invitó al fundador y director del Albergue “Las Memorias” José Antonio Granillo. Presentamos una síntesis de su escrito porque es un ejemplo de lo mucho que ha avanzado en el conocimiento de esa enfermedad, gracias a infinidad de estudios, seminarios, cursos y lecturas. Tan es así que la invitación para que colaborara al lado de estos tres profesionistas, es una clara muestra del respeto que se le tiene.
Esta es la síntesis del PROLOGO, mencionado: (1ª de 2 partes)
VIH/SIDA… ya son 39 años de historia desde aquel primer caso que estremeció al mundo entero. Hoy viven 38 millones de personas con VIH y cerca de 33 millones han muerto por este desafortunada enfermedad desde su descubrimiento en 1981, año en que se dio el primer caso y hasta la actualidad.
Al principio de la enfermedad se creía que solo los homosexuales, drogadict@s y trabajador@s sexo comerciales estaban más propens@s a su contagio o inclusive se llegaba a pensar que se trataba de un “castigo divino”.
Hoy en día existen hombres, mujeres, adolescentes, adultos mayores y niñ@s que viven con VIH. La ciencia y la investigación han hecho un gran trabajo y se ha avanzado mucho en este difícil pero apasionante tema. Los primeros pacientes con VIH no tenían acceso a un tratamiento antiretroviral, sus complicaciones diversas eran tratadas con múltiples fármacos, sus complicaciones diversas eran tratadas con múltiples fármacos muchas veces con efectos adversos y que no se dirigían a atacar la propia infección-
El 19 de marzo de 1989 la FDA (Food and Drug Administration) de Estados Unidos aprobó la zidovudina (AZT) como droga antiretroviral para el VIH, pero el acceso al medicamento en esas etapas iniciales era complicado, de hecho, ese mismo año existieron protestas en Wall Street para hacer que la FDA liberara de inmediato medicamentos en investigación que pudiera salvar vidas para las personas con SIDA, así mismo se exigía la disponibilidad de medicamentos a precios asequibles, una educación pública masiva para detener la propagación del SIDA así como políticas para prohibir la discriminación hacia enfermos con SIDA, y el establecimiento de una política nacional coordinada, integral y compasiva sobre el SIDA.
Pero ¿qué tanto se ha logrado hacer y conocer a lo largo de estos casi 40 años? ¿Las condiciones de las personas con VIH/SIDA son distintas a las de hace 39 años? ¿Las personas con VIH/SIDA reciben un tratamiento más adecuado ahora? ¿Esto es suficiente? ¿Todos los enfermos de VIH en el mundo tienen acceso al tratamiento? ¿Qué sucede en México? ¿Cómo es la atención al paciente con VIH/SIDA? ¿Qué hace falta por hacer?
En el presente libro, un grupo de expertos de la salud, la medicina, científicos, investigadores, psicólogos pero sobre todo personas con un profundo sentido de responsabilidad social nos ofrecen la herramienta para hacer un abordaje multidisciplinario que cubra el perfil multifacético de muchos de los casos con VIH.
Las adicciones, problemas de salud mental, migración y deportación, así como formar parte de la comunidad LGBTTTI son factores que influyen para requerir una atención integral y humana.
Hay ocasiones en que es necesario “Romper el Cuadrado” y hacer lo desacostumbrado para poder observar desde otro ángulo la verdadera respuesta y así ofrecer la atención adecuada con un abordaje multidisciplinario u eficaz.
El ALBERGUE LAS MEMORIAS, A. C., es una asociación civil no lucrativa, fundada en la ciudad de Tijuana, estado de Baja California, México, el 4 de enero del año de 1999 la cual ofrece, de forma gratuita y humana, atención digna a las personas que viven con VIH/SIDA sin importar su estatus social, religión, sexo o preferencia sexual, de cualquier estado de la república o país. Esta institución brinda asistencia de hospedaje, alimentos, vestuario, medicamentos y transporte a instituciones de salud para esta población.
Actualmente soy director de este centro. En 1999 iniciamos las actividades del albergue con un paciente y ahora son 130, nos conocen en la región y en el extranjero y somos conscientes del aumento de los casos porque la ciudad está creciente y porque las personas saben que la atención que reciben ahí no tiene costo alguno ya que hay mucha pobreza en esos perfiles.
En lo personal soy adicto en recuperación. Hace 24 años comencé el proceso de recuperación de 12 pasos en el Centro de Integración CIRAD 3. Después de 7 meses de tratamiento me invitaron a formar parte del área de la salud del mismo centro. Empecé atendiendo a las personas con adicciones, cuando comenzaron a llegar al centro personas con VIH y Tuberculosis (TB) fue por lo que me sensibilicé respecto a esta condición porque veía que tenía relación con las adicciones. Era como un binomio que me tocó atender. Para mi fue una experiencia nueva y fascinante. A todos nosotros, los que nos dedicábamos a la atención de los pacientes sin importar nada, con un trato humano y sin discriminación. Salí negativo en VIH pero positivo a hepatitis C. La responsabilidad del cuidado mutuo y la mejora continua nos llevó a adaptar un espacio en el Centro para la atención a personas enfermas.
Comencé a asistir a conferencias para estudiar, capacitarme y entender las enfermedades. Comenzamos a tener una visión sobre el contagio de las enfermedades y las condiciones del centro, y nos dimos cuenta de lo difícil de nuestra situación porque teníamos todas las enfermedades juntas, una estructura organizativa deficiente para atender la situación, nulas condiciones saludables, aunado a un fuerte estigma social, sumado a discriminación incluso del propio personal de salud. Nos enfrentamos a esto y a muchos otros problemas más: no había medicamentos, no existía medicina antiretroviral, el AZT no tenía una buena efectividad y muchos pacientes morían o les resultaba contraproducente ya que tenían que tomar muchas medicinas además de AZT, que hacían interacción con los otros múltiples medicamentos que tomaban.
Continuará en la segunda y última parte.
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