Por: EVA SOLÍS
Si hay alguien que hace realidad el refrán “haz el bien sin mirar a quién” es Lorena Ramírez, una de las líderes de la colonia Robledo en Mexicali, porque lo mismo ayuda a un enfermo, a personas en situación de calle, a una familia necesitada o realiza convivios en su casa para que las mujeres hagan manualidades.
Desde hace ocho años empezó esta labor, cuando formaba parte de un partido político, y con el tiempo se dio cuenta de que podía ayudar sin condicionar este apoyo para que las personas votaran por un candidato determinado.
“Yo empecé con un partido político, entregando volantes en las calles y la gente comenzó a confiar en mí”, agrega Lorena Ramírez, quien fue la primera presidenta de una casa donde se enseñaban diversas manualidades y oficios.
Agrega que pronto se convenció “en no ser fanática de los partidos políticos, porque lo mío, lo mío es la labor social y esto es lo más bonito, ya que los políticos sólo ayudan a los ciudadanos si van a recibir algo a cambio.”
En la colonia Robledo los principales problemas que se presentan es la inseguridad y la corrupción. “Antes los jóvenes se metían a robar en cualquier sitio y gracias a que ya se establecieron programas de seguridad, ahora tenemos una colonia más tranquila.”
Y en cuanto a la corrupción, considera que se registra porque “hay líderes que están utilizando a la gente para sacar provecho, además de que siempre les dan despensas a las mismas personas, y yo por eso les digo que comenten esto a quienes le tengan más confianza.”
Afirma que “aquí no tenemos ayuda del gobierno y los políticos sólo apoyan cuando es Día del Niño o Día de la Madre, pero cuando van a venir las elecciones y se dan cuentan que uno tiene gente, se dejan venir de todos los sabores y colores.”
Mucha gente que ha acudido a la casa de Lorena Ramírez para pedirle ayuda, lo primero que le preguntan es si les va a pedir su credencial de elector, como ocurre en otros lugares donde les requieren este documento para entregarles el apoyo.
“Yo les digo que aquí no ocupan credencial y si podemos ayudarles, lo vamos a hacer, sin pedirles nada a cambio”, comenta.
Lo mismo apoya a enfermos con despensas o con la compra de sus medicamentos; dona sillas de ruedas, que a veces su esposo repara; entrega alimentos a personas en situación de calle o brinda respaldo a quienes lo soliciten porque “hay mucho trabajo por hacer.”
Afirma que ella y su familia “andamos por todo Mexicali, incluso me buscan de otras colonias y me hablan para solicitarme ayuda, y si nosotros podemos, los apoyamos o tratamos de orientarlos para que resuelvan su situación, lo importante es que no se sientan solos y sean felices con lo poquito que aquí les podemos dar.”
“A veces”, añade, “organizamos rifas o kermés para reunir fondos que se destinarán a una causa específica porque siempre tratamos de que la gente no se sienta sola y reciba el beneficio que está solicitando.”
Otras veces recurren a su página de Facebook “Con amor, pál prójimo” para invitar a la gente a que se sume a una causa y “es como una cadenita porque empieza a llegar el apoyo y así podemos ayudar a las personas”.
Incluso durante la pandemia, Lorena Ramírez y su familia no dejaron de ayudar porque iban debidamente protegidos a visitar las casas de la gente necesitada para entregarles despensas, porque sabían de las necesidades por las que estaban pasando.
De los momentos más tristes que le ha tocado vivir, ha sido “cuando se me ha muerto una persona, porque me pregunto: ¿cómo es posible que no la haya podido ayudar antes?”
Y cuando le lleva un caldo de pollo a un enfermo y éste se pone a llorar, “le digo que no me llore porque es muy bonito poder ayudar.”
Lorena Ramírez afirma que decidió apoyar a las personas como una forma de agradecerle a Dios por curarla de sus enfermedades y porque no le faltan los alimentos, después de haber pasado por situaciones en las que no tenía nada para darles de comer a sus hijas.
Considera que lo más importante en una persona “es que nunca pierda la humildad, sea ella misma y transparente” porque esto abre las puertas y que no piensen que valen por una marca de ropa o por el dinero que tienen.
“Es bonito dar esperanza y ayudar a la gente. Cuando alguien pide apoyo y no tenemos la forma de ayudarle, entonces subimos la información a la página de Facebook Con amor, pál prójimo para solicitar a las personas a que se sumen a una causa y es como una cadenita porque empieza a llegar el apoyo.
“Si nos ayudáramos todos, haríamos la diferencia y no estaríamos como estamos en la actualidad. Vivimos tiempos muy difíciles y quienes más padecen son los niños y los pobres. Hay mucho trabajo por hacer.”
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