Nota publicada en Gaceta No.1 Agosto de 1998
Dentro de 30 años, México tendrá 180 millones de habitantes. Hoy, con 94 millones, el país tiene problemas para alimentarlos, ¿qué futuro nos espera?
Lo curioso es que no siempre nuestro país ha estado en déficit alimentario, hubo una vez como inicia el cuento que la disponibilidad nacional de alimentos se elevó sustancialmente, fue a finales del siglo pasado. Porque la población crecía al ritmo del 1.5% anual, mientras que la oferta interna de alimentos, aumentaba a un ritmo de 5.9%. Todos tenían que comer, aún los más pobres.
En esa época el problema no era la falta de alimentos sino un sistema de explotación que tenía como víctimas a las gentes del campo ¿se imagina? A los que trabajaban para alimentar a los mexicanos se les regateaba la tierra, se les sometía a tiendas de raya y eran maltratados por los caciques. Todo eso fue preparando el terreno para el estallido social de 1910, que dejó dolor, pobreza y la muerte de miles de seres que buscaban un ideal.
La historia dice que México ha sido y es un país agrícola con dos millones de kilómetros cuadrados de suelo, aunque no todo propicio para la siembra. Cuenta además con una gran riqueza de productos agrícolas que en tiempos de la Nueva España se enriqueció con una gran variedad de plantas introducidas por los conquistadores. La dieta del mexicano que se basa en 247 especies, 199 se originan en el viejo mundo.
Hay que recordar que fueron los españoles los introductores de la rotación del cultivo, así como el uso del abono animal, el arado y la azada.
Un gran esfuerzo serio y ordenado para beneficiar al campo se inicia en 1935. La inversión pública propicia la construcción de obras de fomento agropecuario y comunicaciones. El interés era llegar a las zonas que habrían de ser productivas, gracias a ello, hubo un mayor uso de la tierra. Eso trajo como consecuencia el desarrollo de las manufacturas y el traslado de poblaciones enteras del campo a las ciudades.
Y con el éxodo, el maíz y el trigo migraron del centro del país a las zonas de riego que estaban en el norte y en el occidente de México. Fue tan importante el crecimiento de la producción (del maíz y trigo) que entre 1935 y 1945, que México ocupó primer lugar mundial en maíz. ¿Qué pasó en 50 años? ¿Cómo se convirtió México agrícola en un importador? Los expertos sitúan el inicio del problema en los años 70s, a principios.
De pronto en 1973 nuestro país orienta su economía, principalmente al pago de la deuda externa y descuida el proceso productivo de la agricultura. De nuevo se olvida la importancia de producir alimentos y es justamente en 1973 cuando México se convierte en importador neto de los productos que le habían caracterizado: los agrícolas. Desde entonces a pesar de los avances en cantidades, estas no han sido lo suficientes para atender la demanda de la población. Mejorar los salarios y que el campo además de ser productivo, sea redituable. Terminar con el minifundio que es una práctica que no ha logrado hacer producir el campo. Elevar la productividad a través de inversiones en la infraestructura de la producción: maquinaria, riego y abonos. Reducir las inversiones que ha hecho la empresa pública y privada en una política de importaciones y canalizar estos recursos a la aplicación de tecnología productiva. (lep)
(Junto a este artículo también se publicó el siguiente que presentamos sintetizado)
BANATI, UNA AYUDA AL PROBLEMA
En México y concretamente en Tijuana, hay cientos de seres que no pueden recibir ni siquiera lo mínimo para engañar a un estómago hambriento. A pesar de los esfuerzos de gobierno e iniciativa privada (el sector económico) cada día hay más bocas que alimentar y menos comida. Parece que el crecimiento demográfico le gana a la producción de alimentos.
Ante esa situación un grupo de personas preocupadas por lo que sucedía, pensaron en ocuparse y aportar su esfuerzo a la solución del problema. Sabían muy bien que ellos no podrían resolver el hambre de los marginados de Tijuana, pero una buena manera de avanzar en la solución, era iniciar el camino y ellos lo empezaron a recorrer hace poco más de un año (1997) en que fundaron BANATI que significa Banco de Alimentos de Tijuana, A. C.
¿Qué hace tan especial a este Banco? En primera que está convertido como ellos dicen en su publicidad en un puente entre la abundancia y la carencia. Todas las mañanas sus promotores salen a recolectar entre comerciantes y empresarios los productos que habrán de entregar a las instituciones o personas que a su vez lo llevarán a casas hogar, centros de rehabilitación, comunidades religiosas y de personas con discapacidad, así como a todos los sitios que trabajan en ayudar a los más necesitados.
De las bodegas de BANATI (ubicadas en Mercado de Abastos) una vez que los productos han sido seleccionados y que se tiene la certeza de que cuenta con calidad para ingerirse, salen los alimentos para cumplir con su misión. Frutas, verduras, abarrotes, lácteos, carnes frías y despensas bien surtidas son entregadas diariamente, beneficiando a más de 100 instituciones y comunidades marginadas. Como si se tratara una pequeña Central de Abastos, los voluntarios de BANATI muy temprano, cuando ni siquiera el sol ha salido, empiezan a atender a los representantes de las instituciones que acuden por “su mandado”. Pero antes, los voluntarios hicieron la selección de los productos.
No todo lo que reparte BANATI es gratuito, tampoco no todo lo que adquiere la institución, es sin costo, pero sí es seguro que para contar con los productos y repartirlos, se busca siempre los más bajos costos y la gratuidad siempre que sea necesario. Para ingresar a la listas de beneficiados, primero es necesario que los voluntarios del Departamento de Trabajo Social realicen un estudio sobre las condiciones sociales y económicas del solicitantes. En esta forma se garantiza que los elegidos sean siempre los más necesitados.
BANATI necesita de la ayuda de quien desee compartir lo que posee. (lep)
En la actualidad BANATI cuenta con almacenes propios en el Mariano Matamoros a donde llegaron después de haber estado en el Fracc. MURUA. Sus reglas de servicio han ido cambiando para garantizar la equidad en la ayuda y la mejor forma de distribución. También ha aumentado considerablemente la cantidad de beneficiados.
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