Con frecuencia nos preguntan si existe diferencia entre el sector gobierno y los Organismos de la Sociedad Civil. Quienes tienen esa duda, generalmente son personas que cumplen como integrantes de una familia, de una comunidad social, incluyendo sus compromisos como ciudadanos que pagan religiosamente sus impuestos.
Resulta sorprendente ese “no conocimiento” de los derechos y obligaciones que se tiene como ciudadanos, a partir de la edad reglamentaria para serlo. Se admite que la escolaridad ha cambiado mucho con los años. Los ancianos o adultos mayores como prefieren decirnos, dizque para no ofendernos, cuando en la realidad es una gracia de Dios el que nos conceda vida por varias décadas…7, 8, 9 y algunos llegan hasta la centuria (100 años).
Hace años, desde la primaria nos daban Civismo y aprendíamos reglas sencillas de convivencia: honradez, respeto, trabajo, cumplimiento. Y nuestros maestros eran ídolos a los que queríamos imitar, o por lo menos seguir en algunas de sus virtudes. Un premio tan sencillo, nos era honroso: que por la buena conducta y cumplimiento de tareas y trabajo en el salón, la maestra o el maestro nos invitara a su hogar, un sábado a comer y departir con su familia. Eso era una fiesta y no un peligro.
¿En serio costará mucho a los maestros hacerse oír a través de la palabra, no del insulto o dejando de cumplir sus deberes en el aula? Y a las autoridades tan deseosas de llegar a un lugar de honor y responsabilidad en su ciudad, estado o país, ¿no podrán cumplir con ofrecimientos de campaña? Conste solo enfatizamos en algo tan sencillo y por lo mismo fácil de realizar. Seguramente que nadie cree que cumplir con objetivos de los Organismos de la Sociedad Civil, sea tan fácil como hacer enchiladas. Tampoco consideramos que gobernar sea tan sencillo, por lo menos para la gente que se ha preparado para ello.
Necesitamos educar para vivir con tranquilidad. Atender mejor a los niños y adolescentes con cariño y sabiduría. No votar por personas que tengan en su pasado, desprestigios e incumplimiento de sus deberes. Asumir responsabilidad de conocer a las personas y cumplir con el derecho de ir a votar. Aunque falten tres años…el tiempo vuela.
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