En esta ocasión, al presentar mi agradecimiento a una persona con la que me une amistad y cariño, extiendo a todos aquellos seres que estuvieron honrando la memoria de mi amado Javier Prieto Aceves. Que a la manera de nuestro inolvidable Papa JUAN PABLO II al dejar nuestra Patria en la última de sus visitas, dijo al pueblo de México: ME VOY… PERO NO ME VOY.
A quienes amamos a Javier, hombre excepcional, a quienes lo reconocieron como un ser confiable, responsable, respetuoso, entre sus virtudes y que tuvieron la bondad y el tiempo para reunirse en EL CUBO del Centro Cultural Tijuana, les agradezco infinitamente. Y lo hago teniendo presente a Patricia San Román, nuestra querida amiga Patty, por todo el trabajo, interés, pasión, cariño que le imprimió a esta presentación del libro póstumo de nuestro Javier: Los Trayectos del Misterio.
Ella, con su trabajo, supo transmitir puntualmente su idea primaria, que la presentación, analizada puntualmente (pág.13) por mi admirada amiga Vianka Robles Santana: fuera una especie de Homenaje al hombre, al ser humano que supo ser solidario con su familia, sus amigos y alumnos.
Pues Patty puso al servicio de esta reunión, toda su pasión y conocimientos, que son muchos. Nos trasmitió sus emociones y nos contagió con su buen decir de lo que pensábamos respecto al recordado Javier. Infinitas gracias PATTY. Estarás siempre presente en mi corazón.
Este sincero agradecimiento, ya lo decía al inicio del presente escrito, lo hago extensivo a todas las personas que pudieron y quisieron estar presente. El saber que un ser querido, ausente físicamente, es recordado con afecto e incluso cariño, es una forma de que esté presente en nuestros corazones y mentes. Se les recuerda con oraciones, pero también con los pensamientos. Y todos tenemos presente (a quienes se fueron) un ser muy querido, entrañable. Ello nos une, es una hermandad indisoluble.
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