MARIO CASTILLO CERDA

ARTISTA SENSIBLE Y

VIRTUOSO SER HUMANO

El pasado 25 de marzo, Mario, el buen hijo, esposo, padre y amigo, fue llamado por nuestro Padre Dios. Concluyó su vida física e inició la eterna, esa que Jesucristo, en el que Mario creía, le tiene reservada a las personas bondadosas. Quienes tuvimos la fortuna de conocerlo e incluso trabajar con él, no tenemos duda de que su vida fue un ejemplo de ser humano.

Algunos se preguntaban cómo Mario Castillo que en 1981 recibió el título de abogado, por la UABC, ejercía otra profesión, creativa que lo acercaba a la gente. No abrió un despacho para aconsejar a las personas, sino que construyó un lugar para convertir los zapatos, en piezas nuevas de las que, con razón se sentía orgulloso. Había heredado de su papá, ese gusto. Cri Crí le cantaría el Zapatero Remendón.

Más tarde sin estudiar, se convirtió en brillante fotógrafo y en el primer concurso en que participó, obtuvo el 1º y 6º se trataba del Concurso Estatal de Fotografía Turística. Se sentía orgulloso de la “Diosa de la Luz” premio nacional que le entregaron la Revista Foto Zoom y Kodak de México por su trabajo sobre las etnias de Chiapas, Oaxaca, Michoacán y Baja California. En ese mismo año 1995 recibió en Cuba el Premio Egren.

Y así, entre premios y viajes, trabajo y actividades sociales, exposiciones, Mario Castillo llevaba su vida muy relacionada con la cultura.  Con cierto temor, de que no aceptara, le solicité su colaboración para que hiciera las fotos para mis artículos en la Revista Contenido Era un cambio drástico muy alejado de exposiciones y salones culturales  en que exponía sus extraordinarios trabajos.

Me sorprendió gratamente al aceptar y así fuimos por varios años, un equipo de trabajo que visitábamos algunas ciudades de California para las entrevistas. La mayoría se realizaban en Tijuana, por ser una ciudad muy visitada. Ahí comprobé que Mario Castillo era, además de un gran fotógrafo, también un hombre lleno de virtudes, comprensivo, respetuoso y que pasó por este mundo compartiendo con generosidad todo eso que Dios le hizo llegar como herencia de sus padres.

A toda la familia de Mario Castillo Cerna, nuestra solidaridad con ese natural dolor por su partida. Seguro Dios le concedió el pase directo al cielo. Y Mario ya Descansa en Paz