Es un hecho reconocido que las mujeres, generalmente cumplen con jornadas interminables de trabajo, fuera y dentro del hogar. Eso, la sociedad lo admite, sin pena o remordimiento. Y las mujeres mayores lo consideran como algo natural, sin quejas o disgusto.
Las mujeres son generalmente las principales responsables del cuidado de los pequeños de la familia y de los mayores que viven en su hogar. También cuando estas llegan a ser personas de edad, continúan cumpliendo ese papel con los nietos y con las personas que necesitan cuidados como los enfermos, ancianos o quienes tienen algún tipo de discapacidad.
Las mujeres mayores desempeñan una función esencial en el desarrollo económico y en la estabilidad familiar en México y en la región latinoamericana. Si de pronto se prescindiera de sus recursos productivos y de sus funciones como prestadoras de cuidados, los efectos sobre la economía y la estructura social serían devastadores.
Sin embargo, dichos aportes son subestimados, no valorados y, en muchas ocasiones, desconocidos por quienes podrían capitalizarlos generando políticas sociales que las incluyeran. Las principales preocupaciones de las mujeres mayores y sus principales problemas son:
· Falta de educación para toda la vida.
· Deficiencias en la salud.
· Falta de protección legal.
· Falta de documentos de identidad.
· Acceso insuficiente a ingresos y servicios sociales.
· Pocas oportunidades para participar.
· Toda una vida de trabajo desempeñándose como empleadas domésticas para terceras personas.
Según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos México (2016) y basándose en Declaraciones Políticas de Asambleas Mundiales sobre el Envejecimiento que se han efectuado a partir del año 2002 hasta fecha reciente, ofrecemos tres de sus propuestas de políticas para mujeres de edad.
>Se deben tomar en consideración a las mujeres mayores en la formulación de políticas públicas, porque ellas superan a los hombres de edad en número.
>Las mujeres de edad se ven particularmente afectadas por los estereotipos engañosos y negativos: en lugar de representarlas de manera que reflejen sus aportaciones, sus puntos fuertes, su inventiva y sus calidades humanas, son representadas, casi siempre, como personas débiles y dependientes, lo que refuerza las prácticas excluyentes a nivel nacional y local.
>Los vínculos intergeneracionales pueden ser valiosos para todos, desde esta perspectiva, las personas de edad hacen contribuciones importantes a su familia, tanto financieras como lo que es decisivo, en lo que respecta a la educación, cuidado de los nietos y otros miembros de la familia.
En una segunda nota que publicaremos en septiembre, ampliaremos esta información, además de aportar teléfonos e instituciones que están comprometidas con la atención gratuita a todas las mujeres y hombres que tengan dudas sobre sus derechos. Además de dependencias a las que pueden llamar en busca de información para responder a sus preguntas e inquietudes. (lep)
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