Por Luz Elena Picos
El pasado 20 de agosto esta actriz que nació en Ciudad de México, cumplió 85 años. De mis archivos rescato una de las varias entrevistas que le hice, ésta en el Teatro Hidalgo (CDMEX) segura que disfrutarán conocer el aspecto personal de la artista. Originalmente fue publicada en la Revista KENA en 1978.
En persona resulta extremadamente sencilla en su forma de ser y de hablar y de gran jovialidad en sus expresiones. Sus enormes ojos café enmarcan un rostro delgado (como toda su figura) y su dicción, fuera del escenario falla al cortar un poco las palabras. -Tú me corriges si meto la pata- pide.
Jacqueline Andere está muy fresca en el recuerdo del publico de la televisión, por su última actuación en la obra Mañana será otro día y para los aficionados al teatro, por su interpretación de la Emperatriz Carlota en la obra Corona de Sombras pues ella fue de las pocas que merecieron buenos comentarios de la crítica especializada.
“Creo que fueron muy injustos con don Rodolfo Usigli y con el maestro Rafael López Miarnau (autor y director, respectivamente) pero el público ha respondido con un total apoyo a nuestra labor”. Así replica a nuestro comentario, haciendo un mohín de disgusto. Este fue el único momento solemne en la charla para KENA.
“Por desgracia en México se cuenta con una mentalidad muy especial: lo que hiciste ayer, se olvida hoy. En mi caso y a pesar de que mis inicios artísticos fueron en el teatro, por el hecho de haber dejado esos escenarios por 10 años, algunos piensan que mi labor de antaño debe ser olvidada. Pero no me importa volver a demostrar de nuevo mi capacidad”.
Efectivamente, la trayectoria de Jacqueline incluye desde obras clásicas, hasta contemporáneas, dramas y comedias. Recordemos tan solo Moby Dick o Romeo y Julieta, Rey Lear, Los Desarraigados, Descalzos por el Parque, algunas de ellas premiadas por la crítica. Mientras continúa maquillándose, para entrar a escena, sigue manifestando sus impresiones un tanto atropelladamente.
“Siempre he tenido que luchar muy duro para mi realización en el ambiente artístico, desde mi primer papel, hasta el actual que estoy representando. Tres meses tuve que esperar y “terquear” para que me dieran el de Carlota. Argumentaban que yo era actriz de televisión. Finalmente lo obtuve, aunque en el aspecto económico me de risa lo que me pagan, pues saco más en una fotonovela.
“Pero no me importa, tan solo deseo cumplir con lo que aquí se acostumbra: demostrar cada día mi capacidad como actriz. Y mira no es vanidad, pero desde mi primer papel hecho en la obra Drácula (con la que se estrenó el Teatro Milán), vieron que yo era actriz, de lo contrario no me hubieran ofrecido más trabajo. Por eso no me importa que todos los días me tengan a prueba”.
El porque de un desnudo.
Tres Diosas de Plata (máxima presea en el cine), tiene en su haber esta actriz nacida en la ciudad de México. En sus películas también incluye una bajo la dirección de Luis Buñuel. El Ángel Exterminador y un desnudo en La noche violenta dirigida por su esposo José María Fernández Unsaín.
“El desnudo lo hice y digo con mucho orgullo, porque el papel lo requería. Sin él, no habría habido película. Sí, es cierto que me molestó terriblemente, pero sentí que era necesario. Podría comparar el hecho como la noche de bodas. La primera es difícil, todo da pena, y una se siente como chinche, pero hay que hacerlo.
“Cierto que esa película fue importante para mi carrera, los productores se fijaron más en mi o sea que me brindaron más oportunidades. Pero en aquel momento no pensé en eso, sino que varios factores se conjugaban para que aceptara la escena; mi esposo y yo producíamos, el tema era muy bueno y la filmación se hizo a puerta cerrada. En la actualidad no creo que volviera a hacer un desnudo”.
Muchas son las cosas que Jacquelin Andere ha tenido que hacer para llegar a donde está. Sacrificios, esfuerzos, desnudos y ¡hasta someterse a una intervención quirúrgica! De la que ella habla sin cortapisas; lo cual también es raro entre las “figuras” que siempre insisten en que nacieron bellas y perfectas.
“En realidad haberme operado de la nariz fue un arranque un tanto irreflexivo. Yo tenía una nariz larga, recta, no era fea, pero sí deslucía en el ambiente pues se acostumbraba la nariz mirando al cielo. Así que sin pensarlo mucho me hice la cirugía. Insisto, porque verdaderamente así es, que no fue solo por vanidad.
“Nunca he sido ni bonita ni curvilínea así que esos factores no los pude utilizar para ascender en mi carrera artística. Cuando empecé con mi terquedad de visitar productores, pues desde chica repetía como loro, “yo quiero ser actriz” yo era una cosa de 43 kilos, nariz larga, eso sí, ojos muy grandes”.
Soy muy terca, admite Jacqueline Andere.
“Pero belleza nunca he tenido, así que no tuve la suerte de que los productores me aceptaran diciendo: <mira vamos a darle este papel a esta muchacha tan bonita, aunque no sepa actuar>. Tal vez por eso le tengo tanto cariño a mi profesión, precisamente porque me ha costado mucho, pero muchísimo esfuerzo, demostrar mi capacidad.
“Por eso cuando se me acercan algunas muchachitas para preguntarme ¿cómo hay que hacer para llegar a convertirse en artista? Les digo, empezar como cualquier trabajo ir y buscar e insistir y demostrar su capacidad. Pero poco a poco y recibiendo desprecios, mentiras, decepciones. No claudicar, insistir e insistir. Yo recuerdo que mientras más mal me iba, más quería entrar al ambiente.
“Así empezaron las grandes figuras- ahí está la señora Silvia Pinal que hizo papelitos de este tamaño en la compañía de las Hermanas Blanch, hace 25 años. Por eso ahora es la figura que es. No creo que sea común que la gente triunfe de un día para otro, a menos, claro, que se trate de una persona super.
“Y aquí entre nos, esto no lo publiques -pero es tan cierto lo que nos dice que pasamos por alto, la petición de Jackie- creo que una aprende más en el trabajo. Por ejemplo, en dos o tres obras teatrales y una película, se aprende más que en todo un año de estudios. Pero sí es necesario que se aprenda en una escuela, es la base, además del talento”.
De pronto comprendemos la pronunciación tan rara en una actriz que diariamente ya sea en teatro, en la televisión o en el cine luce una dicción impecable. Estudió durante 4 años en San Francisco, California y en su vida diaria habla sin convencionalismos, sin poses, en una palabra, como Jacqueline Andere: “de corridito”.
Se define como romántica. “Quisiera que volviéramos a los tiempos de antes: de la poesía, de las flores, de la educación. Que hubiera más respeto en el trato de hombre – mujer. Aclaro que estoy totalmente de acuerdo con la liberación de las mujeres, entendida como una lucha porque se nos reconozca la igualdad como ser humano.
“O sea que si la mujer quiere ser ama de casa, que se le respete ese gusto, pero que además se le considere un ser humano completo…realizado. Y si desea salir a trabajar, que lo haga, sin recriminaciones. En el sentido de la evolución social, sí estoy de acuerdo, lo único que no me gusta nada, es que no haya respeto en el trato.
“Creo -dice terminando con el tema- que una mujer puede realizarse ya sea sola, con marido, con amante o con otra mujer. Sí, no abras tanto los ojos, nosotras no somos nadie para intervenir en la vida de los demás, debemos respetar sus ideas y costumbres, siempre y cuando no afecten a terceras personas”.
Se considera una típica “Leo”: fuerte, dominante, paciente y terca, pues “desde chica siempre que he querido algo, no he dejado de insistir hasta lograrlo. Y esto me ha ayudado mucho, pues de lo contrario no hubiera conseguido satisfacer mi anhelo de ser actriz”.
Y mientras se despide -ya se ha escuchado la tercera llamada para iniciar una representación más de Corona de Sombras-, nos repite para que no lo olvidemos: “Por eso no me asusto el tener que demostrar día a día mi capacidad, soy terca y así seguiré insistiendo el resto de lo que me queda de vida”.
FOTOS:
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Jacky 3 P19
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