En Baja California, a todo lo largo y ancho del estado, como nunca antes, ahora se observa a miles de personas que huyen de sus ciudades de origen, por la inseguridad, principalmente.
Aunque los motivos son varios, al llegar a la zona más lejana del país, dejan atrás el miedo a las agresiones, a ser víctimas de los delincuentes que se han posesionado de gran parte del territorio nacional. Aquí buscan refugio, albergue, seguridad y comida para que sobrevivan familias enteras, que solo poseen la esperanza.
Desde hace años, por fortuna, iniciaron actividades en B. C. los Bancos de Alimentos. No están en todos los municipios, pero los que hay, realizan importantes actividades de solidaridad. Las instituciones son reflejo de lo que en 1967 se inicia con el primer banco en el mundo en Arizona: el St. Mary´s Food Bank Alliance.
Entre el 2000 al 2006 se promueven leyes para incentivar a las empresas a que donen alimentos. Hubo legisladores que observaron en los grandes distribuidores de alimentos, especialmente perecederos que lanzaban a la basura, toneladas que por no cumplir estrictamente con las óptimas condiciones marcadas por la Secretaría de Salud se veían en la necesidad de tirar mucho alimento.
No significaba que la caducidad era para un día después, pero si ponía en peligro que llegaran con tiempo de su venta. No podían arriesgarse. Poco a poco lo que empezaron a regalar a familias o instituciones de servicio, se fue integrando la mejor forma de aprovechar al máximo esos alimentos, algunos perecederos, que fueron aumentando con paquetes o latería. Así en 2013 surge la marca comercial BAMX con un lema que empezó a hacer conciencia: “SOBRA MÁS DE LO QUE FALTA”.
En este 2022, al mes de agosto ya hay integrados 54 Bancos de Alimentos en 27 estados de la república. Baja California cuenta con uno en Tijuana: BANATI y otro en Ensenada conocido como Banco de Alimentos de Ensenada. Presentamos información sobre estas dos instituciones. No siempre los beneficiados quedan contentos con esos servicios, pero en términos generales y tras un amplio sondeo, resulta que hay más motivos de agradecimiento que de reproche
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