¿Por qué nos buscan tanto los pillos?
*El niño que miente se refugia bajo las faldas de su mamá: ¡Me dijo que estaba bien!
*Los pillos buscan también la generosidad real y comprobable de la inmensa mayoría de las Organizaciones de la Sociedad Civil, buscan esconderse tras ellas. Normalmente, debajo de ese tapete de amor se disimula mejor la basura. Hay tapetes persas que la tapan muy bien. Además, los estafadores, por regla general, son personas muy simpáticas, y que tiene calidad de buenos actores: no sólo caen bien, se muestran a sí mismos como almas de Dios, incapaces de romper un plato, realmente parecen ser unos ángeles del bien. Donde están las acciones más bellas y llenas de solidaridad y de desinterés es precisamente ahí donde se busca esconder las acciones perversas. Es el paraíso de los estafadores y de los políticos ladrones que a quien roban, de esta manera, es, precisamente a los más pobres.
¿Y qué pasa cuando el gobierno coinvierte dinero en nosotros?
Normalmente, nos pide estrictos presupuestos detallados y comprobantes puntuales que demuestren en qué emplearemos el dinero. También lo hacen los benefactores privados. Nos piden comprobantes estrictos de los gastos y los jurídicos del gobierno nos hacen firmar convenios con cláusulas detalladas y muy exigentes para comprobar todos los pagos y se nos obliga a pasar inspecciones y a rendir cuentas rigurosas, a veces, en varios tiempos. Con tal de que no se robe a los pobres, los juristas exigentes del gobierno supervisan una y otra vez esos contratos y sus contralorías nos revisan las cuentas que tenemos que rendir al final, y en su manera de revisar se buscan hasta alfileres que no estén en su lugar. Si algo no cuadra, nuestros administradores, a veces sin dar oportunidad a aclaraciones; es decir, sin garantía de audiencia, son consignados penalmente.
¿Y qué hacen los políticos pillos?
̶ ¡A esta organización apruébale todo, porque es del patrón!
̶ ¡No seas tonto, hombre, mira lo primero que hay que hacer ahora que triunfamos en las elecciones es constituir una OSC con un nombre tierno y unos fines y valores conmovedores para luego, ya que asumamos el poder, asignarles cantidades para lavar el dinero que deberá venir a nuestros bolsillos!
̶ ¡Búscate también una universidad a modo para hacernos de mulas, no fallará de este modo el dinero que va a entrar a nuestros bolsillos!
̶Vamos a corromper a fulano y mengano que administran esa OSC que tiene buena fama: ¡hará entonces lo que le digamos que haga!
¿Y qué hacen los políticos simplistas?
Descalificar a todas las organizaciones de la sociedad civil y preferir, en vez de inversiones que abaraten y extiendan a más necesitados la ayuda que ningún gobierno puede dar solo, ponerse a dar partidas directas en efectivo y, de paso poder beneficiar al partido en el poder para las siguientes elecciones.
Conclusión:
Cada vez más las OSC y el Tercer Sector que da tantos trabajos, que tiene tantas inversiones y estructuras para ayudar mejor a los indigentes y que lleva tantos años de servicio, tendrá cada día más dificultades para operar, irán disminuyendo más y más las coinversiones entre el gobierno y este sector. Hacer que en este Tercer Sector hoy injustamente en entredicho por haber habido políticos pillos que se aprovecharon de él, empiecen a pagar justos por pecadores.
(¡Y alégales a los gobiernos, cuando han decidido poner oídos de mercader!)
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