Jesús, padre de un niño que nació ciego, contaba una anécdota, que hizo reír a sus amigos: “En la calle 2ª. frente a la Catedral se encontraba un adulto mayor, portando el tradicional bastón blanco de los ciegos. Llega un adolescente y lo toma del codo para ayudarle a cruzar la calle. Muy comedido le comenta el señor “Muchas Gracias, pero estoy esperando a que el semáforo me indique que ya puedo cruzar”.
Efectivamente, esos sonidos intermitentes que se escuchan en los semáforos de algunas esquinas, significan ayuda para los débiles visuales o carentes de la vista. El deber ciudadano y de las autoridades es difundir lo más posible las ayudas más indispensables para permitirles a estas personas, ser lo más independiente posible.
A continuación, algunas de ellas:
*El bastón blanco es distintivo a nivel internacional de las personas con discapacidad visual, respétalo.
*Cuando guíes a una persona ciega, ofrécele tu brazo para que se tome de él a la altura del codo, no lo empujes por delante de ti o lo lleves de la mano.
*Dale instrucciones específicas y exactas: “a la izquierda”, “Cinco pasos a la derecha”, etc. Los ubica mejor que decirles “aquí” o “para allá”.
*Antes de pretender ayudar a alguna persona ciega, pregúntale si necesita ayuda”. En ocasiones no la necesitan porque son personas independientes y tienen sus propios planes y estrategias.
*Si ves a una persona ciega caminando hacia un obstáculo peligroso, evítale el accidente a tiempo, sin dudar avísale o detenlo.
*Muchas personas creen que aparte de no ver, tampoco oyen. Háblale con voz normal, no le grites.
*Para orientar la ubicación de un asiento o de una silla, hazlo poniendo su mano en el respaldo.
*No se debe presuponer cuánto ve una persona con discapacidad visual y qué cosas podrá hacer o no, lo mejor es preguntarle abiertamente.
Estas son algunas ideas que nos pueden servir para el trato con personas débiles visuales o ciegas. Ahora es fácil acudir a Google para pedir orientación sobre cual debe ser nuestra conducta en el trato de personas con determinadas discapacidades. Lo importante es ofrecerles un trato respetuoso y servicial. ¡Muchas Suerte!
T. S. Celina Montiel Rodríguez
Cuando tenía 11 años de edad, Celina Montiel Rodríguez perdió la vista, pero esto no fue impedimento para que ella se trasladara a la Ciudad de México, con el apoyo económico del Club de Leones, y estudiara masoterapia en el Instituto para Ciegos y Débiles Visuales.
Su afán de superación la llevó a estudiar posteriormente la licenciatura en Trabajo Social y que después regresara a su ciudad natal, Mexicali, para poner ese conocimiento al servicio de otras personas que estuvieran en la misma situación que ella. Incluso llegó a fundar una fábrica de trapeadores para crear fuentes de empleo para personas ciegas o débiles visuales.
Por todos estos años de entrega, Celina Montiel Rodríguez recibió en el año 2017 el Ángel Plateado Individual, que Red Social entrega a partir de 1998.
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