¿Cuáles son las ilusiones de una jovencita que está por cumplir sus 15 años de vida?
Usted que es madre o padre de familia seguramente que tendrá la mejor respuesta o anécdota que le recuerde las ilusiones de sus hijos en esa edad.
En el caso de Ana Frank (Annuelie Marie Frank) adolescente nacida judía alemana, en Francfort, el 12 de junio de 1929, todas sus ilusiones de continuar estudios y compartir juveniles aventuras con su grupo de amigos, repentinamente fueron truncados por la Segunda Guerra Mundial.
Su tranquila vida familiar de pronto entró al torbellino para protegerse de los nazis que estaban decididos a acabar con todo lo relacionado con judíos. Sus padres Otto H. Frank y Edith Hollander. Tuvieron tiempo y suerte para trasladarse a Amsterdan donde pensaron que estarían seguros. Pero pronto se dieron cuenta que se trataba de una ilusión, pues las redadas de los nazis para enviarlos a los campos de concentración, estaban acabando con las familias judías de esa zona.
Ana Frank se adapta al encierro
Los cuatro miembros de la familia se complementaba con la hermana mayor Margot Frank, junto con otras 4 personas más lograron un lugar seguro para sobrevivir: un anexo secreto de su propia empresa. Si bien es cierto que la extensión no era la adecuada para dos familias, con el temor y especialmente la ilusión de proteger sus vidas, lograron acomodarse con sus propios espacios, respetando su intimidad.
El señor Frank fue apoyado totalmente por sus empleados, durante todo ese tiempo de encierro, fueron los proveedores para atender todas sus necesidades. Asumieron el peligro de principio a fin e incluso pudieron salir sin culpas el descubrirse a quienes estaban escondidos
A partir de ese obligado encierro, cada uno adaptándose, encontró la mejor manera de que los días, que suponían sería pocos, pudieran ser soportados. El encierro no era cosa menor. Ana, la más jovencita, puesto que iniciaba su adolescencia, desde el inicio encontró una forma de distraerse en algo que tanto le gustaba: escribir un diario, iniciado poco antes de su obligado enclaustramiento. Fue uniendo a los sucesos cotidianos, relatos cortos, cuentos de hadas, que le recordaban su infancia y algunos ensayos.
Las frases, los pensamientos daban cuenta de sus ilusiones sobre el presente y futuro, fortaleciendo todo ello, al recordar los años de infancia en su hogar de Francfort. Y así estuvo durante dos años y medio, hasta que, desgraciadamente fueron descubiertos. Los mandaron a distintos campos alemanes de concentración. Ana el 2 de septiembre de 1944 llegó a Auschwitz y más tarde al de Bergen- Belsen, ahí murió de tifus en febrero de 1945. Irónicamente 2 meses antes de que el campo de concentración fuera liberado.
De las 8 personas que estuvieron escondidas poco más de 30 meses el único superviviente fue Otto Frank. El padre de Ana encontró el Diario, sin fuerza para leerlo le pidió que lo hiciera a Miep Gies, amiga de la familia, con especial cariño por Ana; también sobreviviente de un campo de concentración. No tuvo fuerza para hacerlo pero convenció al señor Frank para que lo publicara. En nota aparte nos cuenta el motivo de su negativa. Y así se hizo en 1947 con el título “La Casa de Atrás”. Más tarde distintos escritores han presentado versiones basadas en las experiencias narradas por Ana, sobre esa época tan dolorosa.
Después de los años pasados, el legado de esta adolescente, es un recuerdo vivo, doloroso, importante y ejemplar de su temple, de su valor. Encerrada en un espacio físico reducido y que le impidió actividades adecuadas a su edad, nunca perdió la inquietud de compartir el difícil paso de las horas, los días y años, sin perder la esperanza.
Las frases que se presentan en esta Gaceta, transmiten su fortaleza que se convierte en gran legado para la juventud actual. Que debe compartir las cosas buenas y hacer frente, apoyados con la fortaleza de su familia, al dolor que ocasiona la persecución y el encierro.
(lep)
Algunos pensamientos del Diario de Ana Frank:
El inicio de su narración, en libertad.
“Para alguien como yo es una sensación muy extraña escribir un diario. No solo porque nunca escribí, sino porque me da la impresión de que más adelante ni a mi ni a ninguna otra persona le van a interesar las confidencias de una colegiala de 13 años. Pero bueno, en realidad eso no importa, tengo ganas de escribir y mucho más de desahogarme de una buena vez con respecto a un montón de cosas”. 20 de julio de 1942.
“Me escondí en mi misma, me observé solo a mi misma y anoté imperturbable en mi diario toda mi alegría, bromas y tristeza. Este diario para mi si tiene valor porque en muchos momentos pasó a ser un libro de memoria” 2 de enero de 1944.
“El amor. ¿Qué es el amor? Creo que el amor es algo que en realidad no puede expresarse con palabras. El amor es comprender a una persona, quererla, compartir con ella la dicha y la desdicha”. 2 de marzo de 1944.
“Cuando miro hacia el cielo pienso que todo cambará para bien, que esta crueldad también acabará, que la paz y tranquilidad volverán a reinar en el orden mundial. Mientras tanto, tendré que mantener bien altos mis ideales, ¡Tal vez llegará el día en que pueda realizarlos!” 15 de julio de 1944.
“Mi alma está dividida en dos. Un lado alberga mi exaltación, mi burlarme de todo, mi alegría de vivir y, sobre todo, mi ligereza con que tomo las cosas. Este lado por lo general esta al asecho y desplaza al otro, que es mucho mas hermoso, mas puro y profundo”. 01 agosto de 1944.
Comentario de Miep Gies amiga de la familia de Ana Frank, al leer el libro.
“Leí el diario completo sin detenerme. Desde la primera palabra, escuché la voz de Ana que volvía desde donde se encontraba, para hablarme. Perdí la noción del tiempo. La voz de Ana hacía eco fuera del libro, llena de vida, estados de ánimo, curiosidad y sentimientos. Ya no era Ana destruida y fallecida. Era Ana viva otra vez. Leí el libro hasta el final. Me sorprendió mucho de lo que había sucedido en el escondite, de lo Que no estaba yo enterada. Me sentí aliviada de no haber leído el diario tras el arresto, durante los nueve meses de ocupación que le siguieron; de haberlo leído no hubiera tenido otra opción que quemarlo, pues era demasiado peligroso para las personas sobre las que Ana hablaba en él.
Cuando leí la última página, no experimente la tristeza que había anticipado. Me sentí feliz de haberlo leído. El vacío de mi corazón disminuyó ¡Era tanto lo que se había perdido! Pero la voz de Ana no se perdería nunca. Mi joven amiga había dejado un magnífico legado al mundo”.
*Información para este artículo tomada de la extraordinaria exposición presentada en el MUSEO DE MEMORIA Y TOLERANCIA en CDMX
“Ana Frank, notas de Esperanza” con duración de junio 2023 al 24 de mayo 2024. Hay oportunidad de visitarla.
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